En situaciones muy complejas, cuando nos toca vivir situaciones difíciles tenemos la opción de enfrentarlas con positividad y esperanza o todo lo contrario. Este es nuestro "superpoder": decidir cómo queremos afrontar esta situación y poner los medios a nuestra disposición para superarlo. La situación es la que es, no la vamos a cambiar. Nuestra actitud es TODO lo demás.
El gran ejemplo lo vivimos durante la Covid-19. Afectó en todo mundo y llegó sin previo aviso, saltándose todas las fronteras y llegando a unos niveles que nunca podríamos haber imaginado.
Unos meses atrás discutíamos sobre cómo la robotización iba a cambiar nuestras vidas y el mercado de trabajo. Nunca hubiéramos imaginado que un virus que ni siquiera podríamos ni ver lo haría de una forma tan fulminante.
Aun así, aquí estamos tú y yo. Si estás leyendo esto eres una persona afortunada. Porque estás aquí, estás interesada en leer algo diferente, aprender algo nuevo, sacar un nuevo aprendizaje. Sea como sea somos afortunadas de estar y poder disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Es una parada en el viaje, una parada que nos debe servir para crecer como personas.
Para ello, me gustaría compartir contigo algunas recomendaciones de cómo conseguir afrontar esta situación y tu vida en general de una forma positiva y constructiva. Te ayudará a sentirte mejor y levantarte cada día con una sonrisa y con energía para disfrutar de tu nuevo día.
Agradece el nuevo día: tenemos la oportunidad de vivir un nuevo día y podemos “pintarlo” del color que decidamos. Podemos valorar lo que tenemos en cada momento. No nos centremos en lo que nos falta sino en esas oportunidades que tenemos delante de nosotros, en nuestro entorno, en nuestra casa. Esas pequeñas cosas que el ritmo de nuestro día a día no nos ha dejado disfrutar. Si estamos en casa con familia, con niños, podemos aprovechar momentos para hacer cosas juntos, para conocernos mejor, para mantener conversaciones, para hacer cosas que nos apetezca.Si vivimos solos tenemos la oportunidad de conocernos y cuidarnos mejor. Podemos hacer cosas que nos apetezcan, esa comida que nos encanta y disfrutarla, hacer aquello que tenía pendiente y que la falta de tiempo no me permitía hacer.Busquemos las oportunidades y empecemos el día con una intención positiva. Con una sonrisa. Agradece que estás aquí y que estás bien.
Aprecia lo que tienes: no necesitamos tantas cosas para ser felices. Ahora valoramos mucho más esas pequeñas cosas que hasta ahora podíamos hacer y parecían ser banales. Pasear, sentir la brisa en nuestra cara, tomar una caña con nuestros amigos incluso observar por tu ventana y ver que suceden tantas pequeñas cosas a tu alrededor. Todo eso lo echamos de menos y ahora sabemos que cuando volvamos a disfrutarlo lo haremos de otra forma, quizás más consciente. Lo importante es disfrutar de las pequeñas cosas que ahora tenemos a nuestro alcance y que quizás tampoco valorábamos o no teníamos tiempo para disfrutarlas. Más tiempo para ti y para los tuyos, no tenerme que pasar una hora en atascos, poder gestionar mi propio tiempo.
Tómate un tiempo al día para tener un propósito positivo. A mí me ayuda empezar con una pequeña clase de yoga y agradecer el nuevo día, tener una buena intención e intentar mantenerla durante el día. Busca tu manera, la que a ti te funcione. También puedes finalizar tu día revisando todo aquello que te hizo sentir bien y qué te gustaría incorporar en el nuevo día de mañana. La mente nos predispone a ver nuestro nuevo día desde un prisma positivo o lo contrario, lo bueno de todo esto es que tú decides y tienes el control. ¿Cómo decides que sea tu día hoy?
Vive el presente: no te centres en lo que tenías en el pasado y hoy en día ya no, eso te sumirá en la tristeza y negatividad. No intentes pensar continuamente qué pasará en el futuro, si esta situación se normalizará, qué pasará con el trabajo, con nuestra vida…eso te creará ansiedad y te dificultará dormir por las noches. Lo único seguro es lo que tu mente y cuerpo tiene hoy. Céntrate en el aquí y ahora, en lo que quieres y puedes hacer hoy y mañana. Planifica si quieres tu semana pero no más allá. Lo único seguro es lo que tienes hoy, mañana ya se verá. Eso te permitirá estar más en paz contigo mismo, más en tu centro y te reportará calma y serenidad. “Go with the flow” déjate fluir en tu día a día.
Evita la sobreinformación: telediarios que no paran de repetir las cifras y lo mal que estamos. Alguna vez se atisban buenas noticias, pero pocas. Las redes sociales más de lo mismo. Está todo repleto de información negativa, no es la realidad, es la parte de ella que te están contando y con todo ello, transfiriéndote esa negatividad. Yo he tomado la costumbre estos días de informarme una vez al día. Cifras de nuevos casos, afectados, por desgracia muertes y tendencias de transmisión, así como información legislativa, de gobierno y alguna novedad. Una vez al día, para estar informada pero ya está. Apago la televisión y no miro más las redes para estos temas. Mañana será un nuevo día. Para nada tengas la televisión conectada continuamente, te transmitirá esa negatividad tanto consciente como inconscientemente.
Aléjate de las personas negativas: esta recomendación no es sólo en la situación presente, sino en general en tu vida. Te influirán con negatividad y toxicidad. Sabes muy bien a qué personas me refiero. Esas que te absorben la energía y te hacen sentir realmente mal. Rodéate sin embargo de amigos y compañeros que te aporten en positivo, que te hagan sentir genial. Que te saquen una risa en el día más gris. Esas personas sabes también muy bien quiénes son. Estos días podrás conectarte con los que quieras, eso es lo bueno. Tú decides con quién compartir tu tiempo estos días, eso el lo positivo, sólo tú decides con quién y cuándo, eso sí, normalmente de forma virtual por el confinamiento ;-
Si no funciona, no desistas: los fracasos son pequeños aprendizajes para hacerlo mejor la próxima vez. En culturas americanas el fracaso está bien considerado dentro del proceso de aprendizaje, en culturas como la nuestra está algo estigmatizado. Intentamos no fracasar, que los demás no se den cuenta de nuestro fracaso. Si pruebas algo, no desistas, vuelve a probar y hazlo un poquito mejor gracias a ese aprendizaje. ¿Vuelve a fallar? Enhorabuena, ahora sabes qué debes evitar o tienes que hacer de forma diferente la próxima vez J. No te juzgues si lo estás haciendo bien o mal, sé tu mismo y sigue haciendo las cosas a tu manera, esa que consideras que está bien.
No seas víctima, sé el/la protagonista de tu vida: el victimismo reside en nuestra zona de confort, en realidad, nos sentimos cómodos en esa zona y nos quejamos. Incluso nos reconforta trasladarlo a los demás, en alguna ocasión. Cámbialo por pasar a la acción, de una forma responsable, en lo que puedes hacer y controlar y cambia las cosas. No te juzgues continuamente (apaga esa vocecita que te auto-sabotea). Tienes el poder de decidir y con esa decisión de hacer. No lo desperdicies, si no te gusta, cámbialo.
No te compares, sé tu mismo/a: Tú eres tú, con tus manías y tus virtudes. Eres lo que eres por tu pasado, por lo que haces en tu presente y eso es lo importante. Puedes sentirte inspirado por los demás, tener a alguien quien admires como fuente de inspiración. No te compares, sólo busca esa inspiración y rodéate de personas que te ayuden a crecer y a ser tu mismo, nunca lo seas a sombra de nadie. Tienes tu propia luz para brillar, tu acción te guiará en aquello que quieres hacer y conseguir. Tú eres un ser único e irrepetible. Con tu maravillosa imperfección. Quiérete y focalízate en ti mism@.
Acepta la crítica y ponle un poco de humor si te atreves: aquella frase de “riéte de ti mismo” no nos la aplicamos suficiente. Convertir una crítica en clave de humor es algo que requiere un gran dominio de sí mismo, o una negación del mismo, según se vea. Aún así aceptar la crítica o incluso aprender de aquello que te molesta tanto de los demás (que en realidad te están enseñando algo sobre ti mismo) es de gran relevancia. Estos días que estamos recluidos y nos estamos conociendo mucho más a nosotros, son momento reveladores incluso. Una gran oportunidad para conocernos más a nosotros mismos, parar y pensar, algo que se hace complicado en el día a día convencional. Y si te atreves, ríete un poco de esos defectos, hazte incluso un cómic visual y ríete. Te dará ánimos para quitarle importancia y verlo desde otro punto de vista más objetivo.
Busca la parte positiva de las personas que tenemos a nuestro alrededor: si no estás solo estos días es posible que se haga complicado estar 24 horas con otra persona/s con las que tenías unas rutinas limitadas al día. Es posible que salten más “chispas” porque no estamos en un momento ideal para nadie, estamos privados de muchas cosas y convivimos confinados y codo a codo muchas horas. Si hay niños además la dedicación es un no parar y aún puede acrecentar diferencias que ya las había quizá, pero que estos días se puedes evidenciar más. No te centres en lo negativo, tanto tú como yo tenemos mucho de todo, tanto cosas buenas que pueden gustar a los demás como lo contrario. Cultivemos la paciencia y la aceptación propia y de los demás. Cultivemos nuestra propia humildad y veamos lo positivo, que todos lo tenemos.
Demuestra tu cariño por los demás: en persona o virtualmente, puedes decir cuánto quieres a las otras personas, un abrazo, un beso – virtualmente también se puede – y diles cuánto los echas de menos. Qué haréis cuando esto pase. Y seguro que recibirás mucho más. Cuando damos, recibimos por dos. Y si no damos, seguramente recibiremos bien poquito. Es la ley de la reciprocidad, el boomerang, el karma, como quieras llamarlo. Te vendrá bien expresar lo que sientes y compartirlo, no pierdes nada.
No renuncies a tus sueños, siguen ahí. Plantéate o adapta tus metas, aunque sean ahora más a corto-medio plazo e ilusiónate con ellas. Lee, infórmate, hazte un plan flexible y no te esfuerces por adivinar el futuro. No somos adivinos ni tú ni yo. Es un futuro incierto, líquido y que fluye no sabemos a qué dirección. Aprende a vivir en esta incertidumbre y empieza a marcarte un plan A, un plan B, un plan C y si falla, incluso ten un D preparado. Esto nos permitirá ser mucho más adaptables y no frustarnos enseguida que nuestro plan perfecto no se puede dar. Navegar en aguas tranquilas es fácil pero contra viento, marea y con tormenta de fondo puede ser bien complicado. Aun así el buen capitán se curte con travesías complicadas y eso lo hace crecer como profesional. Aprende a ser ese capitán que navega en aguas revueltas, una gran oportunidad de aprendizaje :).
“Dentro de cualquier dificultad, reside una oportunidad" y cuánta razón tenía Albert Einstein. Podemos aprender de todas las situaciones, superar los problemas y hacernos más fuertes, más sabios. Un problema como el actual, sin precedentes, nos ayuda a sacar fuerzas donde pensábamos que no teníamos, nos ayuda a hacernos mejores personas, mejores profesionales. A valorar todo de otra manera, a ver las cosas desde otra perspectiva. Crece. Aprende. Adapta. Sé tú en tu nueva oportunidad.
Quéjate menos, agradece más y toma el control para que tu nave marque tu propio rumbo.
Y ante todo, SONRÍE MÁS :)
Ser una persona positiva no sólo te hace sentir mejor contigo mismo, sino que atrae a más personas positivas a tu lado, más oportunidades y más abundancia en general a tu vida.
Deja que todo lo bueno entre, suelta lo negativo para que se aleje y SÉ MÁS FELIZ :)
Maria José Valenzuela
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