top of page

Céntrate en lo que puedes controlar o influenciar


Es uno de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen Covey. Una habilidad importante que a menudo olvidamos y tenemos que volver a revisar.


Él nos dice que ser proactivo es trabajar dentro de tu círculo de influencia. Y. ¿esto qué quiere decir?

Básicamente que tenemos que centrarnos en aquello que podamos controlar, que dependa de mí mismo, de mi acción o de lo que pueda influenciar a otros. Se trata de aportar una actitud positiva y esforzarnos por mejorar aquellas cosas que podemos controlar. Esto sería ser proactivos y trabajar en nuestro círculo, siendo los protagonistas de nuestra historia. Parece sencillo. Aun así, podemos ver cada día situaciones en las que mental o emocionalmente nos situamos fuera de este círculo.


Cuando estamos ante una situación o decisión, por ejemplo, que no depende de nosotros directamente, es bastante común que reaccionemos ante la misma etiquetándola como negativa, quejándonos a los demás y gastando nuestra energía en criticar, cuestionar o buscar “aliados” de nuestra causa. En este caso nos situamos en un papel de víctima, porque es algo que nos preocupa y nos quejamos ya sea porque no era lo que esperábamos o nos gustaría de otra manera.

Si nos basamos en la situación, en la mayoría de casos, es algo que no sale como nosotros esperábamos, no es positivo ni negativo de por sí, es un hecho del que, además, no podemos actuar ni influenciar.

A esto se le llama centrarnos en nuestra zona de preocupación y ser reactivos, cuando no hay nada que podamos hacer sobre la situación dada.


Quejarnos de la crisis económica, del Brexit, del carácter de mi jefe, del color que han pintado las paredes en mi empresa…no parece que nada de eso esté dentro del área de control o influencia. Quizás si soy el responsable del proyecto de las obras de mi empresa sí puedo decidir el color de las pareces, aunque seguramente haya un cliente detrás que lo ha decido por mí y yo lo tengo que llevar a cabo.


Es especialmente relevante saber que cuanto más nos centramos en el círculo de preocupación o queja, más pequeño se hace nuestro círculo de influencia y consecuentemente de control. Estamos centrando nuestro foco en esa área que por más que hagamos, no podemos controlar.


Sin embargo si somos positivos y pensamos ¿qué puedo hacer yo, que alternativas tengo, qué cosas puedo influenciar…? Seguro que el resultado es mucho mejor. Siempre digo que hay opciones, hay que buscarlas y sobre todo hay algo que ante cualquier situación podemos controlar: es nuestra actitud. Aceptar que en algunas situaciones las cosas son como son, no las podemos cambiar, lo aceptamos y seguimos centrado en lo nuestro.


Una vez me preguntaron en una sesión de formación si esto no era conformismo. ¡Para nada! Estamos decidiendo tanto cómo queremos reaccionar cómo en que nos centramos que dependa únicamente y exclusivamente de nosotros! ¿Eso es conformismo?


Recuerda, ante cualquier situación, personal, de pareja, de trabajo, pregúntate: ¿Qué puedo hacer yo en esta situación que dependa de mí? ¿Qué alternativas tengo? ¿Qué actitud decido yo, de forma personal, tener ante esta situación? Cómo todo es bueno analizar las consecuencias de esas decisiones y adelante, sólo TÚ tienes las riendas de tu propia vida.


bottom of page