En algunas ocasiones no tienes claro lo que quieres, en otras a pesar de querer alcanzar algunos objetivos, nos saboteamos a nosotros mismos. ¿qué nos pasa y cómo poder vencerlo?
El origen de nuestro propio sabotaje puede ser muy diverso: desde la educación que recibimos hasta nuestro propio temperamento o personalidad. Independientemente de la causa, el autosabotaje nos aleja de nuestros objetivos, de lo que queremos conseguir.
Detecta el tuyo y véncelo. Tu coach te ayudará en este proceso que está profundamente instaurado en tus comportamiento.
1) El perfeccionismo, o está perfecto o no se hace; o lo que es peor, ningún trabajo es suficientemente bueno. Con esto lo único que consigues es bloquearte, no avanzar o perder el tiempo con revisiones inacabables, sin olvidarnos del estrés asociado a esta auto-presión continua.
¿Piensas que no eres suficiente bueno, te da miedo fracasar? ¿No estás a la altura? ¿Los demás son mejores que tú? Si son preguntas recurrentes en ti, este es tu autosabotaje.
¿Quieres una solución? Arriesga, relájate y deja de compararte con los demás. Aprende a valorar más tu tiempo y esfuerzo. Empieza por pequeñas cosas, acábalas y felicítate por ello. Es mucho mejor acabar las cosas y tener tiempo para tu ocio, que estar parado esperando eternamente a que sean perfectas.
2) Empezar muchas cosas y no acabarlas. Ya conocemos el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”, aunque hay mucho más. En ocasiones, enfocamos mucha energía al principio de un proyecto y, cuando hemos avanzado, lo abandonamos con cualquier excusa.
Este tipo de autosabotaje puede afectar también a momentos clave de tu vida, como por ejemplo abadonar los estudios o dejar un trabajo antes de un ascenso.
La posibilidad de fracasar o la incertidumbre de una nueva situación, puede favorecer el miedo de no “estar a la altura”. Las situaciones en las que tenemos algún tipo de miedo en afrontar, facilitan la huida. Dejar las cosas inacabadas es nuestra huída, las razones que nos ponemos o incluso nos imponemos, tampoco se acaban nunca.
3) ¿Procrastinas, lo dejas todo para el último momento? La procrastinación es una palabra interesante de por sí. No la utilizamos comúnmente en el lenguaje habitual, sin embargo es muy frecuente observarla.
También en este caso hay una motivación oculta. Al dejarlo para el final, nos protege ante el fracaso o del resultado final de por ejemplo, suspender un examen “es que me lo miré por encima el último día”, “mañana lo hago” con aquellas tareas que no nos gustan y nos “consume energía”.
4) Todo son excusas. Esta es mi predilecta, la más comúnmente utilizada para no movernos de donde estamos.Es que soy demasiado mayor, o demasiado joven, o no hay trabajo, o es que esta sociedad está muy mal, es que no tengo tiempo, es que no tengo dinero. Estamos disfrazando el miedo con excusas interminables. Pregúntate ¿qué miedo tengo? ¿Qué me impide realmente cambiar?
Pregúntate en qué situaciones sí encuentras el tiempo y lo consigues. Haz tu propio plan de acción y olvida tus excusas. Como me ha dicho mi padre en numeras ocasiones “sólo hay una cosa en esta vida que no se puede solucionar” el resto son excusas.
Si te descubres en uno o más de estos ejemplos, posiblemente el autosabotaje sea uno de tus puntos de bloqueo para lograr conseguir tus obejitvos. Pregúntate por qué estás actuando así y en qué medida este comportamiento te aleja de tus sueños, de tus objetivos. ¿Plantéate, si no tuvieras miedo y supieras que no puedes fracasar, qué harías? Déjate de excusas y ponte en movimiento.