Es una de las preguntas más frecuentes cuando nos planteamos o no tener un coach, cuando hablamos con amigos, o has oído hablar del coaching, ¿para qué sirve exactamente? ¿Es como un psicólogo, un terapeuta, un consultor…?
El término “coaching” como entrenador y origen en el mundo del deporte se puede entender más fácilmente, ¿pero qué hay cuando lo llevamos a la esfera personal o profesional?
Mi respuesta para estas dudas es fácil. Un coach puede acompañarte y acelerar tu propio proceso en alguno de los siguientes casos:
Cuando quieras lograr un objetivo concreto y necesites ayuda en el cómo.
En un momento de quiebre emocional, cuando te das cuenta que tu vida no funciona y quieres cambiar algo.
Cuando te sientes agobiado/a, sin salida, cuando ya has probado todo lo que sabes y puedes y no te ha funcionado.
Cuando quieras conseguir el equilibrio entre tu vida personal y profesional.
Cuando quieras mejorar tus habilidades y competencias, como tu propia gestión del tiempo, tu capacidad de tomar decisiones y avanzar hacia la dirección que decidas.
Si simplemente te sientes desorientado/a y no sabes hacia donde caminar.
Cuando necesites cambiar formas de hacer las cosas.
Cuando quieras conocerte mejor, auto-gestionarte, controlar tus propias emociones y reconocer las de las demás.
Cuando quiera crecer personal o profesionalmente, alcanzando esos objetivos que te vayas marcando.
Para todos estos supuestos y muchos, que sin duda, he podido obviar, puedes necesitar un coach.
Para elegirlo, las referencias son muy importantes, ya que será una persona que formará durante un tiempo parte de tu propia vida. Si no conoces a nadie, pero contactas con algún profesional, siempre puedes probar una sesión y ver si conectas con la persona. Conexión y confianza son dos aspectos muy importantes que darán más garantías de éxito en tu propio crecimiento personal.
Y sin duda, si te estas planteando tener un coach, felicidades porque ya has emprendido el primer paso para tu gran cambio.
Maria José Valenzuela
www.mvcoach.com