Tu vida es el reflejo de lo que reside en tu interior. Un interior a veces desconocido para nosotros mismos.
Vivimos en una sociedad que se caracteriza por un ritmo acelerado constante, en el que las exigencias externas nos superan en muchas ocasiones. Conseguir cosas de forma rápida y fácil es el paradigma que impera. ¿Tienes una pregunta? Búscala en Google. ¿Quieres saber si tu amiga está disponible esta tarde? Envíale un whatApp. Interaccionamos continuamente con el exterior y la pregunta es: ¿ Cuántas veces lo hacemos con nosotros mismos? ¿Cuántas veces nos paramos a reflexionar, a buscar más tiempo para nosotros, y a plantearnos qué queremos conseguir, cómo lo queremos conseguir y qué vamos a hacer para todo ello?
Nos podemos quejar de que hay personas que no confían en nosotros. ¿Confías en ti mismo? ¿Cómo está tu nivel de autoconfianza? Si quieres que te respeten, ¿en qué medida te respetas? Si quieres que te cuiden, ¿realmente te cuidas?
“Conócete a ti mismo”, ya nos lo decía Sócrates en el año 380 a.C. Analízate, examínate, pregúntate; existe mucho más en tu interior de lo que te imaginas: sólo necesitas buscar el tiempo y los recursos para hacerlo posible.
En coaching, tenemos claro que no podemos empezar a trabajar con una persona sin partir de una base sólida de autoconocimiento: sería como construir una casa sin unos cimientos sólidos, o con humedades que pudieran arruinar la estructura de una obra magnífica.
En ocasiones, podemos encontrar personas que tienen muy claro su objetivo: quieren conseguir un mejor trabajo, tienen un sueño que estiman cumplir o desean por fin adelgazar esos quilos que les sobran. Todos estos objetivos son muy válidos para empezar a trabajar; sin embargo, si nuestros esfuerzos empiezan a estar enfocados tan sólo hacia fuera,- con unas metas establecidas- (por ejemplo, una dieta con un profesional que nos ayude a realizarla a la vez que ganamos en salud y en calidad de vida) todo ello estará bien…, pero, ¿ qué pasará en el momento en que nos autosaboteemos, en que nos engañemos y nos mintamos a nosotros mismos ,y pospongamos, en el mejor de los casos, nuestro propósito, o desistamos finalmente de él?
Es por ello que siempre recomiendo, en las primeras sesiones de coaching ,partir de un autoconocimiento profundo. Nos detenemos a analizar las diferentes áreas personales y , en ocasiones, profesionales, dependiendo del entorno de la persona. Seguimos con un análisis de la propia personalidad, de los valores particulares, e incluso del ámbito transpersonal: todo lo que conlleva el reconocimiento de tu propia identidad y misión de vida : ¿Para qué estás en este mundo? En tu mano está tomar estas decisiones vitales y emprender el camino de dentro hacia fuera.
Y en el camino de las emociones y de cómo actúa nuestro inconsciente, queda mucho más patente la fuerza que tiene nuestro interior sobre cómo nos afectan los elementos externos, o de las demás personas.
“Todo lo que nos irrita de los demás nos puede llevar a una comprensión de nosotros mismos”- Carl Gustav Jung-.
Pasamos de un filósofo clásico a un psicoanalista contemporáneo. En la misma línea, se nos afirma el gran poder que tiene nuestro interior para “crear” nuestro mundo exterior. Si algo de ahí fuera te irrita o te molesta, de tal manera que te mueve, que te hace sentir realmente mal, párate a pensar: ¿Qué me está diciendo esta situación de mí mismo? ¿Qué tengo yo dentro de mí que hace que esto me moleste? Es lo que llamamos “Teoría del espejo”. En ocasiones, criticamos de los demás los mismos defectos que tenemos nosotros , aunque lo neguemos en nuestro inconsciente. En esta línea, podemos encontrar mucha información sobre nuestro interior más escondido- menos obvio, en ocasiones-, y que, sobre todo, menos mostramos a nuestro exterior.
Detente un momento, mira hacia atrás y observa lo que has alcanzado en tu vida. ¿Estás satisfecho/a? Si es así,¡ enhorabuena!, vas por buen camino. ¿No lo estás? Ha llegado el momento de plantearte ciertas cosas, tales como decidir cuál es el próximo camino que vas a tomar. Si sigues actuando como hasta ahora, conseguirás las mismas cosas. Para conseguir otras diferentes, empieza a tomar también decisiones distintas.
Nadie más qué tú tiene la llave que abre la caja del secreto. Lo que crees, lo creas- no lo dudes ni un momento-. Tú mismo creas tu propia realidad a través de cada decisión, de cada conversación y de cada pensamiento. Aprende a ver y sentir las señales que el entorno te envía constantemente, y párate a pensar qué significado tienen para ti.
Te animo a que cambies la dirección de esa luz y la enfoques a tu interior: es el ejercicio más saludable que existe. Conócete con todas tus virtudes y defectos; acéptate y respétate, y verás el exterior con otros ojos, que enfocarán en la dirección correcta.
Una vez alguien me dijo: “No busques el tesoro ahí fuera”; entonces, comprendí dónde estaba mi propio tesoro : dentro de mí. Ahí emprendí el viaje más excitante de mi vida, ese que me llevó a mi interior y a comprender quién soy, qué es lo que quiero y hacia dónde debo orientar mi vida: ayudar a otras personas a desarrollarse, encontrar su propio camino y felicidad.
María José Valenzuela
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